jueves, 28 de febrero de 2008

sábado, 23 de febrero de 2008





Mi escritor modelo es aquel que me mantengan con la conciencia despierta

Considero ser un lector modelo de los escritores que se toman la tarea de exponer la problemática social, considero que este elemento determinante para mi gusto no es una moda, ni una corriente literaria, ya que aunque diversos autores hispanos han incursionado en diferentes corrientes literarias, en más de alguna ocasión se han tomado la molestia de exponer las dolencias de los pueblos.

Lo que me encanta no es el que se exprese el dolor o las injusticias, más bien saber que en diferentes latitudes del globo terráqueo siempre hay quienes consideren que todo puede ser distinto, y ese distinto que no se quede en diferente, más bien en el cambio constante hacía la igualdad, o lo más cercano que se pueda obtener de ella.
Dijo Otto René Castillo: Que triste es amar a la vida con los ojos de los que aún no han nacido, vernos victoriosos en plena lucha.

Para mencionar algunos de los escritores de lo que no llamo ni moda, ni corriente literaria, sino un acercamiento a la conciencia: Otto René Castillo, Otto Raúl Gonzáles, Bertolt Brecht, Mario Benedetti, Gabriel García Márquez, Pablo Neruda, entre otros.


Preguntas de un obrero que lee

¿Quién construyó Tebas, la de las siete puertas?
En los libros se mencionan los nombres de los reyes.
¿Acaso los reyes acarrearon las piedras?

Y babilonia tantas veces destruida,
¿Quién la reconstruyó otras tantas?
¿En que casas de Lima, la resplandeciente de oro,
vivían los albañiles?

¿A dónde fueron sus constructores la noche que terminaron la muralla china?
Roma, la Magna, está llena de arcos de triunfo.
¿Quién los construyo?
¿A quién vencieron los Césares? Bizancio, tan loada,
¿Acaso solo tenía palacios para sus habitantes?

Hasta en la legendaria Atlántida, la noche que fue devorada
por el mar, los que se ahogaban clamaban llamando a sus esclavos.

El joven Alejandro conquistó la India.
¿Él solo?
César venció a los galos; ¿No lo acompañaba siquiera un cocinero?
Felipe de España lloró cuando se hundió su flota.
¿Nadie más lloraría?
Federico Segundo venció en la guerra de siete años.
¿Quién más venció?

Cada página una victoria.
¿Quién guisó el banquete del triunfo?
Cada década un gran personaje.
¿Quién pagaba los gastos?

Tantos informes,
tantas preguntas.

Bertolt Brecht


A l’aurore, armés d’une ardente patience, nous entrerons aux splendides Villes. (Al amanecer, armados de una ardiente paciencia entraremos en las espléndidas ciudades.)
Rimbaud, el vidente.

Solo con una ardiente paciencia conquistaremos la espléndida ciudad que dará luz, justicia y dignidad a todos los hombres.
Así la poesía no habrá cantado en vano.

Pablo Neruda


Esperando la igualdad


Discursos callados, ahogados, asfixiados, silenciados.
Mentes pensantes, desgarradas, atrofiadas, borradas.
Lucha confusa, difusa, desnutrida, perdida.

¿A dónde te fuiste liberación?
¿Fueron los párpados quienes cegaron tu partida?
¿Fue la disociación la que te mató?

¿Quién pronunciará lo no dicho?
¿Cómo se ideará la forma de hacerlo?
¿Llegaremos a encontrarte?

La televisión no te nombra.
La radio no canta tus canciones.
Los periódicos no nos muestran tu imagen.

Sólo queda un resquicio de sabor
en la boca de quienes nunca te tuvieron.
Una silueta borrosa de tu forma.

Los ojos tristes lloran,
esperan tu venida.
Las lágrimas se secan.

Ya son muchos los apagados.
Más los cansados.
Y demasiados los inhumanizados.

Aparece, y danos lo que
inherentemente nos corresponde:
Una vida digna.



Que la poesía es sinónimo de amor dicen por ahí algunos insensatos, cuando lo único que escriben es el recurrente tono de un llano cortejo, no os olvidéis que el amor es más extenso y complejo que la vida misma.

Ed Sebastián Lozano