viernes, 2 de mayo de 2008

Final


Análisis Semiótico de la entrevista realizada a Paulo Cohello


Contexto: “Estaba en la redacción de un periódico que de forma infame se llama el financiero en México DF, cuando llego una invitación a la sala de redacción de parte de una editorial: Nos honramos en invitarles a realizar una entrevista al gran escrito Paulo Cohello, quien ha vendido millones de copias de todos sus libros alrededor del mundo. Los demás compañeros del periódico que normalmente andan como sabuesos detrás de entrevistas con grandes personalidades, se echaron para atrás y llegaron a la conclusión de que Cohello no era digno de sus preguntas. Que el no estaba a la altura de los colegas. Entonces su paisano, un poco más joven y con menos canas levanta la mano y en ese momento me di cuenta de que me estaba metiendo en un gravísimo problema, pues la entrevista era al día siguiente y yo no había leído ni un solo libro de Cohello y incluso todavía no los leo. Esto no significa que yo descalifique a Cohello. Como decía Borges cuando le preguntaron en una conferencia ¿Maestro que pasa si William Shakespeare, me duerme a la segunda página? La respuesta del viejo sabio, ya ciego, pero que miraba más que todos los videntes dentro de esa sala fue: Eso simplemente significa que usted no es digno de William Shakespeare, pero que también William Shakespeare no es digno de usted. Entonces tranquilo si no lo puede leer no lo lea. Para mí la noche anterior a la entrevista fue difícil, porque yo me preguntaba que le voy a preguntar yo a Paulo Cohello si él a escrito libros vendidos por millones y yo no le he leído ni una sola línea, ni la portada, ni la solapa. Fue entonces cuando pensé que iba a aplicar lo que en la Universidad Autónoma de México no me enseñaron. Y es sencillamente tener, así como suena. Espero que no suene a Niky Cruz, porque no tengo nada que ver con él, tampoco lo estoy rechazando. La pureza de corazón, yo debía llegar con el autor y preguntarle lo que yo creía que les iba a interesar a los lectores de ese periódico sobre la entrevista. La plática con Cohello nunca fue publicada, esta estaba programada para veinte minutos, y su duración fue de tres horas. Llegue de vuelta al departamento en el que yo vivía aún soltero (todavía no había cometido el pecado mortal de casarme), me di cuenta de que no había grabado ni una pregunta y ninguna respuesta. Pensé, ya te metiste en camisa de once varas. ¿Qué hacer cuando se hace una entrevista y la grabadora no grabo? Sé que van a pensar que les estoy tomando el pelo. ¿Qué de cual fume? Que les hubiera compartido. Mejor hubieras venido en otras condiciones. Pero la verdad es esa, en ese momento las tres cintas que había utilizado estaban en blanco. Me olvide del asunto, al jefe de cultura no le interesaba Cohello, pues estaba considerado como literatura lite y aún sigue siendo considerado de la misma manera. Entonces deje que los Cassette se perdieran. Entre mudanzas y casamiento y divorcio, vuelven a aparecer los tres cuerpos del delito; las cintas y por pura nostalgia, pues es frustrante no terminar un escrito. Coloque las cintas en la reportera y milagrosamente sonaron. En ese momento tenía teléfonos y e-mails de Paulo y le escribí contándole y me contestó: No me extraña que te halla pasado eso, pues estuviste con un maestro y no te diste cuenta, estuviste frente a un mago y no te diste cuenta, porque te la pasas pensando, te la pasas en tu mundo de papel. Después de eso decidí: mañana las transcribo y mañana se convirtió en ocho años cuando aparece esta revista en Guatemala “Mi país” y me preguntan: ¿No tenés una revista que se salga de lo común? Si claro, tengo una entrevista con Paulo Cohello. Las cintas se perdieron y aparecieron nuevamente después de haberme mudado de México a Guatemala con escalas entre San Cristóbal de las Casas, Tuxtla Gutiérrez y varios bares de por ahí. Este es el resultado de la trascripción de dicha revista, con un típico formato de pregunta y respuesta. Prefiero que el lector tenga a la vista la conversación tal cual.

Argumento: La entrevista que este periodista guatemalteco le hace a Paulo Cohello se ve rodiada de diversas incertidumbres y situaciones misteriosas. Nadie más que el se ofreció a realizar la labor de platicar con Paulo, visto para muchos de sus colegas como una persona nongrata de sus preguntas. Cohello es un escritor al que no se le considera como tal, es más bien un excelente vendedor de pornografía literaria. “Es un gran ser humano, es sencillo, humilde” afirma el periodista.

Conflicto: Del lado del periodista su mayor impulso fue tratar de ridiculizar a Paulo Cohello. Y Cohello trata de hacerle ver que el tiene poderes de mago, que el tiene cierto nivel de sabiduría.


Secuencia:


a) Situación inicial: El dialogo comienza con tono conservador de parte del periodista. El no pregunta nada en relación a los libros de Paulo Cohello, pues no sabía nada de ellos. Por eso se fue por el lado humano de Paulo.


b) Proceso: Al no saber ni siquiera de sus libros el periodista tienen el descaro de preguntarle ¿Cuáles eran sus últimos libros editados?, el periodista también ágilmente le pregunta ¿Qué es poner su espada? En relación a que el en otras entrevistas siempre habla de eso. A la respuesta de esa pregunta no entiende.


c) Situación final: Al final el periodista empieza a abordar discusiones fuertes con Paulo Cohello para confrontar sus pensamientos con los de Krishnamurti. Paulo Cohello se molesta y le pide que hable de sus propios pensamientos y el con mucho gusto los contesta.


Oposiciones: Pensamiento mágico-Pensamiento científico. Conocimiento-Desconocimiento.


Espacio: Un centro de conferencias de México.


Tiempo: Pasado.


Propuesta Ideológica: El periodista esta encontra del pensamiento de Paulo Cohello, pero se da cuenta de el hecho de que es un excelente ser humano. Pero sigue pensando que sus pensamientos mágicos son tontos. Al hacer una entrevista se debe hacer una mezcla de un entrevistador condescendiente y mezquino.

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